En Acapulco, la transformación urbana no puede esperar más. La alcaldesa Abelina López Rodríguez ha emitido un firme ultimátum a los propietarios de 19 hoteles abandonados, exigiendo que estos inmuebles sean vendidos, remodelados o demolidos. La ciudad necesita avanzar y, con ello, se requiere que estos espacios inactivos dejen de ser un lastre para la imagen y el bienestar de la comunidad.
Este llamado tiene una razón poderosa: Acapulco no es un basurero de nadie. Los hoteles abandonados representan no solo una pérdida económica, sino también un factor de inseguridad y deterioro urbano que afecta la calidad de vida de todos los habitantes. La alcaldesa ha sido clara: de no tomar acciones, el gobierno municipal procederá con embargos.
Como parte de este proceso de transformación, es crucial que todos los actores de la ciudad se involucren en la revitalización de Acapulco. La solución no solo está en las manos del gobierno, sino también en la responsabilidad de los empresarios y ciudadanos que deben velar por el bienestar colectivo.
Todos debemos ser parte de este cambio. Reflexiona sobre cómo podemos contribuir al renacer de nuestra ciudad. ¡Acapulco tiene un futuro brillante y está en nuestras manos hacerlo realidad!
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